martes, 26 de abril de 2011

¿Que le sucede a una cucharilla al pasar por el lavavajillas?

Hacía muchos días que nadie me cogía del cajón. Según el Capitán Palillo, el encargado de dirigir las operaciones en la que se vigilaba a los dueños de la casa, éstos habían estado de vacaciones. Me he sentido inútil estos días, mis amigos me intentaban consolar pero yo veía que ellos, al igual que yo, se sentían muy mal. Somos nuevos en esto y aún estamos en la Escuela de las Cucharillas, es una escuela maravillosamente fantástica.

Hoy he salido a investigar con Cuchi y con Pili y hemos visto que una colonia de hormigas había entrado en la casa. ¡Recorcholis! ¡Una se me ha subido por el mango!. Las estábamos intentando echar cuando se ha oído la puerta. ¡Oh que susto!. Los dueños de la casa venían. Me parece de miedo, entonces Pili dijo:

- ¡Corre, ponte en situación de cucharilla!- Ella también estaba asustada pero siempre mantenía la calma. Le hice caso y me puse en la posición. Hice que mis ojos desaparecieran…etc. Me sentía asustado, también sentía que me iba a pasar algo estupendo, hacía días que no salía y a lo mejor el pequeño Ricky me usaba para comerse el yogur o quizás la Sra. Marta me usaba para comerse la macedonia. Cuando la Sra. Marta nos vio sobre la mesa dijo:

-¡Qué hacen aquí estas cucharas! Abrió el lavavajillas y nos metió dentro . Me sentía muy contenta con lo que me gustaba darme una ducha y conocer gente nueva.

Cuando cerró el lavavajillas nosotros pasamos por la taquilla. Ahí estaba la pastilla, una señora con muy mal genio que les dijo con voz ronca: ¡pasad! El objetivo del lavavajillas era comer. La Pastilla tenía que preparar la comida. Los tres pasaron y se encontraron un espectáculo maravilloso. Había todo tipo de vajilla de todos los países de la cocina desde “El cajón de Arriba” donde habitaban los platos, “Estados Cazuelos”, “República vasera”, “Cazo unido”…etc. También había gente de mi país: “Cucharas Bajas”. Entonces empezó a caer agua y yo y otras cucharillas habíamos empezado a saltar, los platos nos echaban la bronca, pero nos daba igual, me lo estaba pasando bomba. Entonces llegó el jabón y empezó a comer, ya me dolía el mango cuando todo paró y me volvieron a llevar al cajón. Después mi vida volvió a la normalidad, aunque ¡qué semana mas mala he pasado por una indigestión de jabón!
Celia

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Que divertido es la historia, me encanta!! Felicidades por la historia,Celia.

victoria dijo...

pero que cuento mas bonito¡la verdad es que eres una artista¡¡

Anónimo dijo...

Muchas Gracias!!!

Anónimo dijo...

es muy bonito y me ha gustado mucho.