Érase una vez una piedra que siempre hacía tropezar a los alces que practicaban para la exhibición.
Un día un alce tropezó y se rompió el tobillo. Llamó a la cárcel y metieron a la piedra en ella.
La cárcel tenía vida propiay le dejo salir porque le comprendió muy bien, la piedra no tenía pies para moverse y no hacer tropezar a los alces y tampoco tenía brazos para coger las patas de los alces.
7 comentarios:
Bonita historia Ester.
UN SALUDO
MARGOT
Me ha gustado mucho. ALVARO
ME HA DADO MUCHA RISA NOÉ
Muy bonita.
Es genial ESTER.
ALBERTO y Alfonso
me ha gustado mucho.
josé manuel
muy chula Ester.Sigue asi.
Laura Seguin
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