Somos dos lentejas muy amigas y estamos muy tranquilas con nuestras compañeras en el bote. De pronto unas manos gigantes cogen el bote y nos empiezan a zarandear.
¡¿Qué está pasando?!¡¿Dónde nos llevan?! - Gritamos asustadas.

Por desgracia, en media hora, nos sacaron y nos depositaron en un plato frio, nos apretujamos para estar calentitas. Se oyó una voz que decía:
- ¡Mamá , quiero comer!
Al rato un ascensor metálico (también frio) nos metió en un tobogán completamente oscuro, y allí se acabó nuestra historia.
1 comentario:
Que historia mas divertida y bonita, me ha encantado
Publicar un comentario